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Su/posiciones

domingo, 16 de agosto de 2009

La sorpresa.


La cama estaba desordenada y tibia, perfumada de cuerpos y sudor.
En el velador estaba el desayuno servido, ( jugo, leche y tostadas), y tenia un pequeña nota que decía :"Amor, ven a buscarme, te tengo preparada una sorpresa."
Miró por las cortinas y se percató de que él estaba muy lejos,
donde el sol pesa y sirve para cocinar, donde pastan las ovejas libres de cualquiera que use pantalones. Vestía solo una jardinera azul, y le brillaban tenues las gotitas de roció en el cuerpo.
-Cosechaba maravillas-.
Ella, - con ese brillo inocente en los ojos-, se sacudió el pelo y se puso sandalias, corrió para abrazarlo y darle las gracias. Tropezó con algunas ramas en el trayecto de la casa a la colina, el pasto estaba húmedo y sentía las gotitas heladas en los tobillos, el aire tibio le desordenaba el vestido donde se habían enredado algunas hojas. Cuando por fin llego a sus brazos, el le dijo con la sonrisa picarona pegada en los labios: - Te vez hermosa. ¿ Quieres que te muestre tu sopresa?- Ruborizada le contesta graciosa.- Siempre amor, no hay día que no me sorprendas-.
Entonces, suave, él posó sus dedos sobre la miel, y con ella se pinto los labios. La besó con autoridad, con un dejo de virilidad desatada, y fue en ese momento, en ese instante preciso - abstracto-, cuando ella decidió atarse, y fundirse en sus brazos tostados.
Se le escapo una frase, solo una. "Eres la mejor sorpresa que el destino me pudo haber dado". Luego se miraron y se perdieron en el campo de maravillas que estaba bajo la colina...

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